A menudo asumimos que con el fin del verano nuestros ojos ya no necesitan protección. Sin embargo, el frío, el viento, la nieve, la calefacción y el sol, pueden provocar molestias oculares que pueden ser una amenaza para nuestro sistema visual.
Durante la temporada de invierno hay muchas personas que padecen síntomas como visión borrosa, lubricación deficiente, picazón y ardor. También se incrementa el número de personas que padecen el síndrome de ojo seco durante esta estación.
Efectos del invierno en nuestros ojos
-Afectación de nuestra salud ocular debido a los rayos solares
En los meses de invierno el sol está más bajo y puede aumentar la exposición a los rayos ultravioletas, principalmente a los rayos UVA.
Las gafas de sol son un requisito imprescindible para la protección de nuestros ojos, y así evitar la absorción de UVA en el cristalino y la retina y lesiones en la córnea.
- Secuencia ocular
El frío y el viento, en exteriores, y la calefacción o exceso de trabajo con pantallas, en interiores, pueden provocar mayor evaporación de la lágrima y aumento de los síntomas de sequía ocular.
Recomendaciones
- Utilización de gafa de sol, en días soleados y nublados.
- Lágrima artificial, para la secuencia ocular.
- Limitar el uso de pantallas para evitar problemas de irritación.
- Evitar frotarse los ojos.
- Dieta rica en Omega-3 y ácidos grasos para mejorar la lubricación.
- Parpadeo frecuente para el aumento de la producción de lágrima.
- Buena iluminación para trabajos en interiores.
-Utilización de humidificadores en ambientes secos.
- Ventilación de interiores.
- Actividades al aire libre.
Cuidado visual en deportes de invierno
La nieve refleja el 80% de la luz solar que llega a ella y ese reflejo nos llega desde abajo.
La realización de deportes en la nieve sin gafa de sol puede provocar graves problemas oculares, como la conjuntivitis actínica.
La conjuntivitis actínica o ceguera de la nieve tiene una gran afectación corneal, con dolor, sensación de arenilla y hasta pérdida visual.
Las gafas más recomendadas para actividades en la nieve deben ser curvadas y amplias, que protejan por debajo y por los laterales.
Son recomendables también con espejo o semiespejo y, en algunos casos, polarizadas.
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