Los ojos son uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo ya que, gracias a ellos, podemos desarrollar y desempeñar multitud de tareas en cada momento. Requieren unos cuidados y unas revisiones periódicas para detener y prevenir enfermedades o molestias que afecten a nuestra capacidad visual.
La pérdida de visión suele ser gradual y, debido a esto, muchas veces no somos conscientes de que está sucediendo.
Lo primero es detectar si se trata de cansancio para lo que debemos relajarnos y observar si las molestias son ocasionales. Puede ayudarnos también, realizar ejercicios visuales básicos para aliviar los síntomas como por ejemplo:
- Cambiar el enfoque de lejos a cerca
- Parpadear rápidamente para generar lágrima y evitar la sequedad ocular.
- Hacer guiños alternativamente con ambos ojos.
- Masajear suavemente las cuencas oculares.
- Presionar los ojos ligeramente.
Si después de realizar estos ejercicios y pasados un par de días la visión no vuelve a ser la de antes lo sentimos, pero ha llegado el momento de pensar que quizá necesitemos gafas. A continuación os detallamos una serie de síntomas que nos indican que debemos realizar una examen visual completo con un óptico-optometrista:
1. Visión borrosa: Si tienes dificultad para ver objetos nítidos a diferentes distancias, es posible que necesites gafas. A veces se acentúa de noche o con poca luz.
2. Entrecerrar los ojos: es un gesto que se hace de manera inconsciente. Esto se debe a que, al cerrar los párpados se produce un efecto equivalente a la reducción del diámetro de la pupila y se reduce el número de rayos que acaban mal enfocados en la retina y por tanto se mejora el enfoque. Puede parecer una solución eficaz a la pérdida de visión de lejos, pero a largo plazo no es conveniente, ya que puede llegar a provocar estrabismo, además de acentuar las arrugas de expresión facial.
3. Dolores de cabeza: pueden estar motivados por diferentes razones pero si los dolores son frecuentes y se localizan en la frente y en la sien puede que la causa sea el esfuerzo visual. La fatiga visual ocasionada por la incapacidad de enfocar bien puede provocar también picor, lagrimeo y ojos enrojecidos. Esto se debe a que realizamos un sobre esfuerzo con los músculos oculares para poder enfocar la letra pequeña, y esto provoca una sensación de cansancio.
4. Estirar o encoger el brazo al leer: si notas que tienes que ir cambiando la distancia a la que tienes tu libro, puede ser un síntoma de que necesites gafas. Si tienes que alejar el libro, lo más probable es que necesites ayuda para ver de cerca, y viceversa. Con el paso de los años, los ojos pierden la capacidad de enfocar y adaptarse a las distancias.
5. Cansancio: si aparece después de un rato en el ordenador, leyendo o escribiendo es porque tus ojos están haciendo un esfuerzo continuo y necesitan reposo, de ahí tu sensación de agotamiento repentino. En el caso de que notes que te sucede esto, puede ser una señal de que necesitas gafas.
6. Falta de luz: otra señal clásica de que necesitas gafas es cuando percibes que la luz que antes te era suficiente para ver o leer bien ya no lo es. Ciertamente, muchas veces contamos con menos luz de la necesaria, y esto provoca que tengamos que forzar más los ojos. Pero en cuanto se perciba algún cambio y pérdida de visión en este sentido, lo mejor es acudir a una revisión y determinar si se necesitan gafas.
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